As part of the European Union, Spain has historically not had an explicit carbon tax on all products but has generally priced its general energy taxes at high levels for the everyday consumer. Spain began pricing a portion of its carbon in 2014, and according to the OECD’s records from that time, Spain priced over 30% of the country’s total carbon emissions above €30/ CO2-ton, with the highest taxes generally being placed on the transportation sector. This stems from an underlying goal to address traffic and pollution control in metropolitan regions such as Madrid.
Nonetheless, in 2014 when this was first implemented, the majority of industrial emissions were taxed below €30/ CO2-ton, and there remained a small ratio of completely untaxed carbon emissions. This was problematic because it led to overpricing consumer taxes while more industrial taxes were underpriced, putting an unnecessary financial burden on Spanish citizens while at the same time benefitting large industrial polluters. In 2019, Spain again priced a similar percentage of around 30% of emissions at an average of €15/CO2-ton, covering a mere 3% of its total emissions output.
After problems seen in France and the yellow vest movement, other European countries have been cautious of implementing similar taxes on gasoline and other fossil fuels. Nonetheless, Spain’s carbon tax can stand to be improved: as of June 2019, its environmental taxes were taxing the smallest proportion of any EU member, at 1.6%. The highest, Denmark, taxed fossil fuels at a rate of 3.9%.
Many of Spain’s energy sources have historically been domestically produced, including renewable energy. Spain excels in renewable energy production, especially compared to its neighbors and mostly due to geographical factors. Nonetheless, the country may not be taking full advantage of this energy production on the financial side, as many reports since 2018 claim that Spain now imports much of its energy from thermal plants in Morocco. These energy sources have no carbon tax, and if significant, as they are thought to be, there is the potential of a severely underutilized profit margin.
While Spain has a history with national carbon tax policies, it cannot be forgotten that as a member of the European Union, Spanish energy policy is also regulated by the European Union. The EU is currently in phase four (2021-2030) of an Emissions Trading System (ETS). The EU ETS is a cap and trade system that focuses on strengthening the system as an investment driver and reducing the overall amount of emissions allowances, as well as better preparing for contingency plans such as oil spills and other unexpected leakages. In the foreseeable future, Spain will continue as an obligated party to these rules and regulations, which is not only positive for the region but also for the global sphere as parties work together to achieve carbon neutrality and combat climate change.
European standards have also created the opportunity for knowledge sharing, as countries copy each other’s successful strategies in sectors such as energy. Spain is an EU leader in some environmental policy areas such as renewable energy, and while strong leadership and regional policy help the situation, many other factors, such as countries with reduced reduction obligations due to financial constraints on their individual economies, continue to hold the region back as a whole.
Please see the European Union’s page for more information on the regional ETS program.
Activity Rating: ** Standing Still
The Spanish system functions efficiently but does not cover a large share of the country’s carbon market, missing a large window for emission reduction. Its lack of effectiveness hinders the European Union as a whole and should be a point of contention in upcoming EU climate talks.
Take Action
Please send the following message to the policymaker below, to incite helpful action on the part of the Spanish citizens:
Dear Mr. Domínguez:
Thank you for supporting the European Union’s ETS and carbon taxing programs. We all know how important it is to stay ahead of the impending climate disasters, and this is another step that your ministry has taken in the right direction. It would be an interesting possibility to consider other industries that could benefit from the carbon tax, which currently does not cover a majority of emitted carbon. While this project could run into some pushback from the fossil fuel and natural gas industries, I believe it highly worth the risk and urge you and your department to consider adding this to the list of activities necessary for sustainable development in the Spanish energy sector.
Contact Information:
José Domínguez Abascal
Secretaría de Estado de Energía
Subdirección General de Planificación Energética
Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital
Paseo Castellana 160, 8º Planta
28071 Madrid
+34 91 349 4815
Actividad destacada: Falta de eficacia del precio del carbono en España
Como parte de la Unión Europea, España históricamente no ha tenido un impuesto explícito sobre el carbono en todos sus productos, pero ciertamente existen impuestos altos para sus productos de energía para el consumidor diario. España comenzó a fijar el precio de una parte de su carbono en el año 2014, y según los registros de la OCDE durante ese tiempo, tasó más del 30% de sus emisiones de carbono por encima de 30 euros por tonelada de CO2, y los impuestos más altos generalmente se aplicaron al sector del transporte. No obstante, la mayoría de las emisiones industriales se gravaron por debajo de los 30 euros, y se mantuvo una pequeña proporción de emisiones de carbono completamente libres de impuestos. A partir de 2019, España cotizó un porcentaje similar de emisiones a un promedio de 15 EUR por tonelada de CO2, cubriendo solo el 3% de su producción total de emisiones.
Muchas de las fuentes españolas provienen de energía producida en el país, incluidas las energías renovables; sin embargo, desde 2018, han confirmado que España ahora importa un gran parte de su energía de plantas térmicas en Marruecos. Estas fuentes de energía no están sujetas a impuestos, y si son significativas, como se cree que son, existe el potencial de un margen de beneficio severamente subutilizado.
Como miembro de la Unión Europea, la política energética española también está regulada por la UE, actualmente en la fase cuatro (2021-2030) de un Sistema de Comercio de Emisiones (ETS). El ETS se centrará en fortalecer el sistema como motor de inversión y reducir la cantidad total de derechos de emisión, así como en una mejor preparación para planes de contingencia como derrames de petróleo y otras fugas inesperadas. En el futuro previsible, España continuará siendo una parte obligada de estas normas y reglamentos, lo que no solo es positivo para la región sino también para la esfera global a medida que las partes trabajan juntas para lograr la neutralidad de carbono y combatir el cambio climático.
Las normas europeas también han creado la oportunidad de compartir conocimientos, ya que los países copian las estrategias exitosas de otros países en sectores como la energía. España es uno de los líderes de la UE en las energías renovables, y aunque existe un fuerte liderazgo y política regional, muchos otros factores, como países con obligaciones de reducción reducidas debido a restricciones financieras en sus propias economías, continúan frenando a la región en su conjunto.
Consulte la página de la Unión Europea para obtener más información sobre el programa regional ETS.
Calificación de la actividad: Sin avances
El sistema español funciona de manera eficiente, pero se está faltando una gran parte del mercado de carbono del país, faltando una gran oportunidad para la reducción de emisiones. Su falta de efectividad obstaculiza a la Unión Europea en su conjunto y debería ser un punto de discusión en las próximas conversaciones sobre el clima de la UE.
Tomar Acción:
Envíe el siguiente mensaje al político a continuación, para incitar acciones por parte de los ciudadanos españoles:
Estimado señor Domínguez:
Gracias por apoyar los programas ETS y impuestos sobre el carbono de la Unión Europea. Todos sabemos lo importante que es adelantarse a los inminentes desastres climáticos, y este es un buen ejemplo de otro paso que su ministerio ha tomado en la dirección correcta. Sería interesante considerar otras industrias que podrían beneficiarse del impuesto al carbono, que actualmente no cubre la mayoría del carbono emitido. Si bien este proyecto podría verse afectado por los líderes de las industrias de combustibles fósiles y gas natural, creo que vale la pena el riesgo e insto a Usted y su departamento que consideren agregarlo a la lista de actividades necesarias para el desarrollo sostenible en el sector energético España.
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